Niñas y niños de Chos Malal disfrutan la Colonia de Vacaciones en el marco del Pro Vida, igual que los de cualquier punto de la provincia de La Pampa.
Son entre ocho y diez que a diario concurren desde distintos puestos y son recibidos por la responsable, Nerina Fernández, quien junto a otro grupo de personas prepara el desayuno y luego comienzan con las actividades.
Soledad Martínez y Enzo Monteiro, del Ministerio de Desarrollo Social, junto a la asistente Social de La Humada, Rocío Bazán visitaron la colonia de vacaciones y compartieron una jornada las y los asistentes. Oportunamente coincidió con el cumpleaños de Nahuel, por lo que torta de por medio se realizó el correspondiente festejo y se le cantó el feliz cumpleaños.
El día continúo en la improvisada cancha de fútbol, el picado se hizo más que interesante con la participación de visitantes y colaboradores que junto a niños y niñas disfrutaron de los goles y el correr detrás de una pelota.
La alegría del Pro Vida siguió, ya que luego del ejercicio fueron todos a la pileta, pudiendo de esta manera calmar el calor reinante en pleno oeste pampeano, donde cada niña y niño tiene las mismas posibilidades que quienes viven en los grandes centros urbanos o en cualquier pueblo de La Pampa. El Pro Vida es alegría, es el programa de la familia pampeana y en sus 30 años, Chos Malal también dice presente.
Soledad Martínez y Enzo Monteiro, del Ministerio de Desarrollo Social, junto a la asistente Social de La Humada, Rocío Bazán visitaron la colonia de vacaciones y compartieron una jornada las y los asistentes. Oportunamente coincidió con el cumpleaños de Nahuel, por lo que torta de por medio se realizó el correspondiente festejo y se le cantó el feliz cumpleaños.
El día continúo en la improvisada cancha de fútbol, el picado se hizo más que interesante con la participación de visitantes y colaboradores que junto a niños y niñas disfrutaron de los goles y el correr detrás de una pelota.
La alegría del Pro Vida siguió, ya que luego del ejercicio fueron todos a la pileta, pudiendo de esta manera calmar el calor reinante en pleno oeste pampeano, donde cada niña y niño tiene las mismas posibilidades que quienes viven en los grandes centros urbanos o en cualquier pueblo de La Pampa. El Pro Vida es alegría, es el programa de la familia pampeana y en sus 30 años, Chos Malal también dice presente.
