El país necesita afianzar la voluntad de cambio reclamada por las mayorías nacionales y encolumnar a las clases y sectores sociales detrás de un plan. La insondable crisis que afecta a la Argentina y las inevitables medidas de sinceramiento adoptadas, deben complementarse con decisiones que, en la emergencia, eviten la caída de la actividad privada.
No es necesario recurrir a Roca, que gobernó en otras circunstancias, para encontrar una experiencia histórica que alumbre el camino para superar las graves dificultades del momento y que, los formadores de la opinión pública omiten mencionar.
El 29 de marzo se cumplirán 62 años del derrocamiento del Presidente Frondizi que, en su corta gestión, logró 3 años de estabilidad. Tras el sinceramiento inicial, bajó la inflación al 13,7 por ciento anual y en los tres últimos meses antes del derrocamiento, en 1962, hubo deflación, se crearon empleos, se ordenaron las cuentas públicas y la economía creció el 14,5 por ciento.
Triplicó la producción de petróleo, duplicó la de gas; multiplicó por cinco la de acero y de caucho; resolvió la crisis energética, creó la industria petroquímica y dejamos de depender de las importaciones de insumos esenciales para el desarrollo industrial.
La inversión extranjera se multiplicó por 10 y se duplicó la inversión interna. Las divisas que antes se gastaban en importar combustibles e insumos se destinaron a comprar equipos industriales, modernizando la industria y la infraestructura.
Se construyeron 10.000 kilómetros de rutas, modernizó los ferrocarriles, construyó aeropuertos y se creó la industria automotriz que impulsó la apertura de las fábricas de autopartes. Se “tractorizó” al campo. La siderurgia y la petroquímica incorporaron tecnología, fertilizantes y máquinas, que aumentaron su productividad.
Enfrentó permanentes intentos de desestabilización: 802 huelgas y 32 planteos militares, que superó con diálogo y sin víctimas. En 4 años resistió las huelgas de los ferroviarios, los bancarios, durante 62 días y la toma del frigorífico Lisandro de la Torre en rechazo a su privatización, todas con inocultables propósitos destitúyanles.
Frondizi tenía un plan. Quizá, el único en el siglo pasado. Su propuesta era salir del subdesarrollo transformando la estructura de producción primaria, por otra industrial exportadora, que agregaba valor y creaba empleo. Esa experiencia es la que debe alumbrar el camino y en la que el Presidente de la Nación debe inspirarse
Comité de la Provincia de La Pampa
Jorge Diván Matías Traba
Presidente Secretario
Santa Rosa, febrero de 2024.